miércoles, 11 de julio de 2007

Uruguay reventó contra el palo sus sueños de final (El País de Montevideo)



El Uruguay-Brasil fue un partidazo: 4 goles (2 por equipo) y una definición por penales no apta para cardiacos (si no pregúntenselo al Maestro Tavárez, técnico uruguayo que vivió con intensidad la tanda que sacó a su equipo de la carrera por el título). Me quedo con el penal anotado por Sebastián Abreu, penalazo de antología (por algo le dicen 'El Loco').

El diario El País es contundente:

Uruguay reventó contra el palo sus sueños de final La celeste está más viva que nunca y sólo cayó en la tanda de penales
Maracaibo.- Se metió y se jugó. Se perdió por penales. Se puso alma y se va a pelear por el tercer y cuarto puesto con la frente en alto. Fue el equipo que se quiere ver, el de la garra para levantar dos veces el marcador adverso. El del fútbol para ensombrecer a Brasil, para obligarlo a golpear, para impedirle exponer el "jogo bonito". Ganaron los norteños, por un penal en una serie de siete ejecuciones. Es triste, causa dolor porque se escapó por un pelito el sueño de ir a la final, pero nada para reprochar.
Cómo hacerlo si el de ayer fue el Uruguay anhelado, el que había prometido venir a la Copa América. El solidario en todas sus líneas, con despliegues fantásticos, con jugadores que demostraron que su técnica es tan buena como la de los norteños.
Se metió y se jugó. Hubo toques, penetraciones por las bandas, pierna fuerte en el medio. Caras de malo cuando los brasileños contaron con el aval de Oscar Ruiz para levantar un poco más arriba la pierna. Se perdió, sí, pero jugando como ayer se puede creer en la recuperación celeste.
La diferencia en los primeros 45 minutos estuvo en que Carini se durmió en un centro y Doni se atajó casi todo lo que le tiraron. Por eso Brasil se llevó el primer tiempo por 2-1, porque no hay otro argumento como para robustecer ese parcial mentiroso y cruel.
Es más, tras el gol con el que Maicon abrió el marcador, después que Carini le tapara a boca de jarro un remate a Robinho, Uruguay se fue afirmando más y copando la cancha, evitando que Brasil hiciera su juego.
Si hasta hubo un período de entre 15 a 20 minutos que los norteños no consiguieron escapar de la presión celeste.
Pero Doni voló contra Forlán, voló contra Recoba y también puso los puños en los envenenados centros que ayer el "Chino" mandó con precisión suiza.
Y aunque Brasil logró salir de ese agobio y tuvo chances como para dar un golpe tajante al partido, Forlán emparejó el duelo con un golazo. Parecía que venía todo para la celeste. Había corazón, los venezolanos habían cerrado sus bocas y una sensación de respeto recorrió todas las tribunas.
Uruguay fue por más. Lo pudo lograr, pero una vez más hubo un hueco en la izquierda. Carini no salió como correspondía y Julio Baptista le dio a los norteños un 2-1 importantísimo en un primer tiempo que había demostrado porque este duelo es un clásico del continente.
Y después fue sorprendente como Brasil respetó a los celestes y no se descuidó. Se retrasó en la cancha para especular con el contragolpe y también para no dejar espacios.
Pero la celeste los consiguió. Porque el "Cebolla" Rodríguez se encargó de generarlos, porque Forlán no se quedó estático y porque Fucile colaboró una enormidad.
Aunque ya no estaba el "Chino" para meter sus tremendos pases, Uruguay la peleó. Sacó la espada de la cintura y arremetió con alma.
Después de dos o tres combinaciones, con una jugada buenísima entre Fucile y Cristian Rodríguez, Forlán la peinó y el "Loco" la mandó a guardar para poner el 2-2. Justo con el partido. Justo con la entrega y el alma oriental.
A Uruguay lo un penal de siete. Es triste, causa dolor. Pero se metió y se jugó. Eso hay que considerarlo sobremanera, porque el Brasil dejó en claro que respeta y mucho a la celeste.
(Edward Piñon, El Pais )

Las cifras
2 semifinales de Copa América seguidas le ganó Brasil a Uruguay por penales: 2004 y 2007
76 goles se anotaron hasta el momento, lo que supone una media de 3,30 goles por encuentro.

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