martes, 3 de julio de 2007

Paraguay y Argentina ratifican y pasan a 4tos. de final




La segunda jornada del grupo B ratificó el buen momento de argentinos y guaraníes. A primera hora el equipo de Gerardo “Tata” Martino venció a Estados Unidos por tres tantos a uno. En el segundo partido, Argentina goleó a Colombia por 4 a 2.

En el diario Olé de Argentina el titular reza: “Calentito el café” y se puede leer:

Hay que rendirse ante la evidencia: son los jugadores los que ganan o pierden los partidos. El Coco Basile se postró hace rato ante este documento incontrastable, y sus equipos juegan a lo que juegan los futbolistas que elige. Que, en líneas generales, suelen ser siempre los mejores. Autodefinido alguna vez durante la década pasada como "basilista" (la frase se completaba con un "ni menottista ni bilardista"), Alfio es un jugadorista empedernido. Difícilmente se haya creado alguna vez aquel pulpo de tentáculos de oro que fue el equipo del 94. Y hoy, el DT intenta lo mismo. Sin ruborizarse si lo tratan de antiguo. En todo caso, tiene un estilo neoclásico. O sea, el fútbol de toda su vida con los retoques modernizadores indispensables.No es extraño, entonces, que los equipos que conduce dependan de sus figuras. Argentina dio una nueva prueba de jerarquía individual. El mejor ejemplo es Riquelme: impreciso en su rol básico de conducción, hizo un gol de cabeza que seguro aplaudieron Crespo en el banco y Palermo frente a la tele, y clavó otra joya de tiro libre. Lo mandó dos veces al rincón a Calero. Penitencia: rescatar la pelota del fondo del arco. ¿Alguien duda de que en este momento Riquelme es el mejor 10 argentino? Tanta confianza se tiene (y le tienen), tanta es su ascendencia que patea todo, incluso si la competencia es tan pesada como Verón. Igualmente, Riquelme es sólo una muestra. Otro caso de desequilibrio individual ratificado es el de Messi: provoca el penal, acelera la jugada en el segundo y genera la falta del tercero. Por derecha o por izquierda es un demonio, y es el encargado de ponerle un poco de rock & roll a esa baladita de distracción con la que se entretiene —a veces demasiado— el equipo. Y ojo: no sólo los que van para adelante hacen la diferencia. Mascherano volvió a jugar una monstruosidad bancándose la aspereza de Colombia en el medio (es cierto que el oxígeno llega menos al cerebro cuando se corre, ¿no, Vargas?). Le pegaron una patada que era como para internarse en terapia intensiva y dedicarse el resto de la vida a jugar al truco. Y no sólo no salió, sino que cortó, metió, relevó, ordenó... Las deficiencias del jugadorismo hay que buscarlas en lo atribuible a los sistemas: el defensivo, por caso, es tan frágil que permite goles como los de Colombia (el Pato tampoco transmitió seguridad) o como el de EE.UU. Quizá fue más grave lo de anoche: al equipo le pueden llegar por ir demasiado, pero perder en las pelotas paradas por desconcentraciones asusta un poco. De hecho, por eso se sufrió hasta el final un partido que parecía resuelto. Son las reglas del juego. Errar es humano. Los jugadores, aun megaestrellas, también lo son. Basile confía en ellos. Argentina, claro, también (Olé, Argentina).
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El diario ABC de Paraguay titula: ALBIRROJA SE CLASIFICA A PURA CONTUNDENCIA, y dice: “La selección paraguaya consiguió anoche su segundo triunfo consecutivo en la Copa América Venezuela 2007 al derrotar 3-1 a Estados Unidos, con lo que asegura en forma anticipada su clasificación a los cuartos de final del torneo continental. Edgar Barreto, Oscar Cardozo y Salvador Cabañas marcaron los goles para la Albirroja, que cerrará su participación en esta primera fase enfrentando el jueves a Argentina, con la que definirá el primer puesto del Grupo C

BARINAS (Jorge Rojas, ABC Paraguay).- La implacable selección paraguaya avanza a fuerza de goles en la Copa América, en la que anoche sumó su segunda victoria en otras tantas presentaciones. Paraguay se impuso a Estados Unidos con claridad, basando su victoria en un perfecto aprovechamiento de las acciones con las que contó en su sector ofensivo, que no fueron muchas, pero que se presentaron para poner a prueba la definición del equipo del “Tata” que respondió nuevamente de manera excelente. Esta vez, como en la anterior ocasión ante Colombia, el panorama no se presentó fácil. El rival estuvo mejor acomodado, por eso trató mejor el balón, encontró mayor coordinación en sus hombres y al tener la pelota por mayor tiempo, les dio destino de ataque constante y así produjo una clara ocasión de gol.

La situación no estaba favorable para los nuestros, hasta que llegó la mejor jugada del partido que culminó con el gol albirrojo. Toques sucesivos en un contragolpe veloz, terminó con la esforzada acción de Barreto que arrojándose al piso logró conectar para poner a Paraguay al frente y desatar el delirio en las gradas repletas con hinchas decididamente dando su apoyo a la Albirroja. Estados Unidos respondió y en esas jugadas complicadas apareció Villar para evitar el empate que el rival lo buscó con insistencia, pero se topó con una defensa que en la mayoría de los casos logró defender con eficacia, salvo en el minuto 40 de esa primera fracción en la que Clark recibió muy solo y definió con tranquilidad. Bien posicionado en el frente, sin nadie que le saliera al paso, el norteamericano remató esquinado. El partido estaba para cualquiera, con un equipo paraguayo que ya no cedió mucho espacio, que tomó mejor la marca y tuvo la pelota igual que el adversario. A poco de la complementaria, Bornstein cometió un error fatal. Cedió mal, retrocediendo el balón hacia su arco y en el trayecto apareció “Tacuara” para apoderarse de la pelota, ubicarse para el remate infalible de su pierna izquierda, ubicando el balón lejos de las posibilidades de Keller.

Barreto y Riveros se encargaron de buscar evitar riesgos para la ventaja, creció Morel, Roque quebrantó y el juego albirrojo fue adquiriendo cierta preeminencia. Pero el rival no se amilanó y se acercó en varias ocasiones y estuvo cerca de la igualdad. Cabañas había ingresado y en uno de sus primeros contactos con el balón, tuvo dos ocasiones para anotar, pero la defensa rival respondió bien. Lo mejor del segundo tiempo estaba todavía por llegar, y lo hizo en el segundo minuto de adición, cuando Cabañas efectivizó un tiro libre perfecto que se metió en el arco de Keller, para sellar otra clara diferencia albirroja en el marcador y asegurar su continuidad en la Copa América.
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El diario colombiano El Tiempo informa: “Colombia, al borde de la eliminación”.

El equipo nacional, que intentó cambiar de ánimo al inicio del juego, no ha podido superar la falta de entusiasmo y terminó por recibir su segunda goleada consecutiva en el torneo.
El equipo cayó frente a Argentina, que ratificó su favoritismo con solo 45 minutos de esfuerzo.
Cuando Edixon Perea le metió el zapato al buscapié de David Ferreira y anotó el primer gol del partido, a los 9 minutos del primer tiempo, era difícil imaginarse que pasarían 64 minutos antes de que el equipo volviera a tener una jugada clara de gol, que Argentina iba a hacerlo todo para que se repitiera el papelón frente a Paraguay.
La esperanza colombiana fue tenue y Argentina se montó en el partido sin desesperarse y la libreta de apuntes lo ratifica: A los 18 minutos, un penalti de Hugo Rodallega a Messi terminó en el gol del empate, anotado por Hernán Crespo en su última jugada del partido, porque salió lesionado.
A los 30, Calero tapó un cobro de tiro libre de Riquelme. A los 33, Riquelme le mete la cabeza a un centro de Zanetti y anota el segundo, A los 45, otra vez el 10 argentino marca, esta vez de tiro libre, por el palo de Calero.
En el segundo tiempo, Argentina bajó la guardia y tocó la pelota. El público argentino les recordó a los colombianos su amor por la fiesta brava, porque retumbó el "ole". Y Colombia estaba enterrada, muerta y sepultada. Tanto, que un periodista argentino, en la tribuna de prensa, lanzó una pregunta lapidaria: "¿Los jugadores de Colombia quieren voltear al técnico?".
Pero a los 28 minutos del segundo tiempo, un cabezazo de Jaime Castrillón sirvió para el descuento y desde allí, el equipo mostró que el amor propio se reparte en dosis que no son uniformes. Colombia, aunque quedó expuesta a que le dieran un puntillazo en el contragolpe, se dio cuenta que a Argentina se le puede atacar, el público colombiano se animó, el argentino comenzó a cantar, el partido se volvió de ida y vuelta y las tácticas se fueron al olvido.
A los 47 minutos del segundo tiempo llegó el peor escenario para Colombia: Diego Milito bañó a Calero y lo que parecía una esperanza terminó en el sello en el pasaporte para regresar a Bogotá, porque aunque existan opciones matemáticas, la diferencia de goles es mortal. Misión muy complicadaLa diferencia de goles de Colombia (-7, con dos goles a favor y nueve en contra) es el peor obstáculo para clasificar a los cuartos de final. El equipo de Jorge Luis Pinto depende de un milagro.
Lo primero que tiene que hacer Colombia es golear a Estados Unidos para levantar el saldo negativo. Pero primero tendrá que esperar lo que pase en los otros dos grupos para ver si le alcanza para ser uno de los dos mejores terceros.
A Colombia le sirve que Venezuela le gane a Uruguay por buena diferencia, que Perú haga lo propio con Bolivia. Y en el Grupo B, que México le saque buena diferencia a Chile y que Brasil golee a Ecuador. Casi imposible. El jueves, Colombia puede saltar al campo ya eliminada...
(J. Ascencio Enviado Especial de EL TIEMPO)
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Resumen de la Jornada:
Paraguay 3 (Barreto, Cardozo y Cabañas) - Estados Unidos 1 (Clark)
Argentina 4 (Crespo, Riquelme -2-, Diego Milito) - Colombia 2
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En imágenes: Paraguay aplaude y festeja (ABC, Paraguay), Riquelme marca golazo y abraza a todo el mundo (Olé, Argentina), Pinto y el sinsabor de dos derrotas abultadas (El Tiempo, Colombia).





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